El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por cáncer en hombres en Chile y se presenta más frecuentemente después de los 50 años.
El doctor Rodrigo Pinochet, urólogo de Clínica Alemana, comenta que “su principal factor de riesgo es la edad, principalmente, tener entre 50 y 70 años. No obstante, también existe una mayor incidencia en pacientes con historia de familiares con cáncer de próstata”.
Así, “en familiares de primer, segundo y tercer grado, el riesgo relativo de desarrollar un cáncer de próstata aumenta 18%, 11% y 2.5%, respectivamente”, explica el especialista.
En el último tiempo ha aparecido evidencia que ha asociado este tipo de cáncer con familiares con el cáncer de mama hereditario (genes BRCA1 Y BRCA 2).
Agrega que también influyen factores étnicos (raza negra) y ambientales, como el tabaco y la ingesta de grasas, aunque este último no está totalmente demostrado.
El cáncer de próstata es una patología silenciosa, demora años en presentar síntomas, por lo que la única forma de prevenir sus complicaciones es la detección precoz a través de un chequeo preventivo.
Cuando el paciente tiene síntomas, significa que se encuentra en una etapa avanzada. Estas manifestaciones pueden ser locales, es decir, por invasión directa del cáncer en la próstata, la uretra y/o la vejiga, lo que genera retención urinaria y/o hematuria (sangre en la orina).
Mientras que, en casos avanzados, en los que el paciente presenta metástasis en los huesos, puede haber:
El diagnóstico de cáncer de próstata se realiza con una muestra se sangre (antígeno prostático específico) y tacto rectal. Si uno de estos sale alterado, se debe hacer una biopsia prostática.
Actualmente, como examen complementario se utiliza la resonancia nuclear magnética de próstata (RNM prostática), que permite evaluar detalles finos de la anatomía prostática y ver la localización exacta del tumor
para realizar la biopsia en forma más precisa (biopsia prostática por fusión).
Las opciones de tratamiento para el cáncer de próstata y su elección dependen de la etapa en la que se encuentra la
enfermedad. Si el tumor está localizado dentro de la glándula, se puede eliminar completamente con una cirugía (prostatectomía radical) en que se remueve completamente la próstata, vesículas seminales y ganglios.
Actualmente, está disponible una intervención mínimamente invasiva robótica, la que ofrece las ventajas de una recuperación más rápida con mayor precisión quirúrgica y menor sangrado intraoperatorio. Cuando los pacientes con cáncer de próstata tienen un mayor riesgo quirúrgico la alternativa recomendada es el uso de radioterapia.
Si la enfermedad está avanzada con metástasis, el tumor debe ser tratado con terapia hormonal. “Dado que el crecimiento de los cánceres de próstata depende de la testosterona, el tratamiento consiste en bloquear su producción a través de inyecciones y medicamentos orales. Ha habido importantes avances en esta área en el último tiempo, donde han aparecido nuevas drogas de mayor efectividad que permiten mejorar la calidad de vida y sobrevida de los pacientes” concluye el urólogo.