La violencia intrafamiliar se da en un contexto de asimetría dentro de la familia, donde hay una persona que toma una posición de poder sobre el otro. “Esto es intencional. Son dinámicas disfuncionales llamadas patologías relacionales, porque no se pueden dar sin que haya otro y ocurren en el día a día”, explica Constanza Contreras, psicóloga de Clínica Alemana.
Existen diferentes tipos de violencia intrafamiliar. Entre ellos, la especialista identifica: abuso físico, sexual, emocional y negligencia.
“En la violencia física hay un daño con abuso de poder infringido intencionalmente hacia otro. De esta forma se vulnera a la persona, ya sea un adulto niño o adolescente”, expresa.
El abuso sexual es un maltrato que se da en un contacto de intento sexual en que el objetivo es una gratificación personal por parte de la persona que hace daño, sin importar el dolor de la víctima, agrega.
También existe el maltrato emocional en el que hay una falla en satisfacer necesidades emocionales básicas. Hay insensibilidad, por lo que el otro está constantemente inseguro psicológicamente, se le daña el autoestima porque hay crítica, indiferencia, desvalorización, y desprecio hacia otro constantemente. En este contexto, la persona violentada se ve muy disminuida.
Otro tipo de maltrato es la negligencia, la que se caracteriza por una falta de proveer cuidados. “El cuidador, que puede ser un padre, un abuelo o hasta un hijo, es el responsable de satisfacer las necesidades básicas, es decir, dar comida, abrigo y, por lo tanto, cuando esto no se cumple, se habla de maltrato”, dice la experta.
Desafortunadamente, la violencia es algo que se da desde muy pequeños, por lo que se ha visto que estas personas en su adolescencia o etapa adulta son más vulnerables a exponerse a sufrir maltrato o abuso.
“En esos casos los individuos pueden normalizar la violencia, porque siempre han vivido en ese mundo de violencia y es lo único que han conocido”, explica la psicóloga.
Entre las señales que se pueden observar en una persona que está sufriendo de violencia intrafamiliar se encuentran:
Por otro lado, cuando el maltrato no comienza desde la infancia, se puede ver un cambio en la personalidad guiado por los síntomas mencionados anteriormente.
Numerosos estudios han demostrado que cuando la violencia empieza en el pololeo se mantiene a futuro si continúa la relación. En este caso, la violencia se puede presentar de 2 formas:
“Cuando hay violencia en el pololeo, es habitual ver que el victimario somete y aísla al otro, por lo que deja de hacer sus actividades cotidianas como juntarse con amigos. Asimismo, puede haber evidencias físicas como moretones”, relata la psicóloga.
Salir de un círculo de violencia no es nada fácil, especialmente porque en general se trata de un sometimiento que la víctima lleva en silencio.
Sin embargo, si logras identificar que alguien cercano a ti podría estar sufriendo de violencia intrafamiliar o en el pololeo es sumamente relevante que lo puedas apoyar. La recomendación es acercarte a esta persona para que puedas acompañarla, pero sin invadir su espacio para no silenciarla.
En la medida en que uno se acerca y acompaña, hay mayor posibilidad de que la persona se abra a ese secreto de maltrato por la situación que está pasando. Es importante buscar redes de apoyo. Ojalá poder decirle que vaya con un profesional especializado que lo pueda ayudar y si no quiere ir y uno es el que está preocupado, debemos tratar de sacar la persona del círculo del que está de violencia, ir uno donde un apoyo profesional para ser contenido, porque hay mucho gasto emocional al escuchar muchas cosas que uno sabe que la persona está sufriendo y además ser orientado a saber qué hacer”, cierra la experta.