La depresión infantil existe. Así lo confirma el doctor Alfonso Correa, psiquiatra infantil de Clínica Alemana, quien explica que incluso puede darse desde antes del primer año de vida, en la medida en que existan experiencias de abandono y falta de reciprocidad en la interacción, junto con la no satisfacción de necesidades básicas, incluida la de soporte afectivo.
Asimismo, el especialista agrega que antes de la pubertad afecta por igual a niños y niñas, pero en la adolescencia es mucho más frecuente en mujeres.
En niños, la irritabilidad es muy frecuente como expresión de la insatisfacción consigo mismos y con el entorno. También hay manifestaciones como tristeza y falta de motivación, iniciativa y energía para realizar actividades, incluso aquellas placenteras: disminución del juego, retraimiento, sueño no reparador y quejas somáticas como dolor abdominal, cefalea, entre otras.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud –publicado en la Revista Europea de Neuropsicofarmacología–, sostiene que entre 2005 y 2012, la costumbre de recetar antidepresivos en niños se incrementó a niveles alarmantes. La investigación mostró que durante esos siete años hubo, por ejemplo, un aumento del 54% en el Reino Unido y de un 26% en Estados Unidos.
El experto sostiene que en Chile también, desde antes de la pandemia, se había observado un mayor uso de antidepresivos asociado a un alza en el diagnóstico de depresión en niños, debido a múltiples motivos, pero la situación actual ha aumentado aún más esas cifras. Lo anterior, porque este escenario es de mayor tensión para padres e incertidumbre en el caso de los hijos, quienes tienen menos posibilidad de actividades satisfactorias.
También es posible que hoy exista mayor conciencia de que la depresión puede presentarse en la infancia y los padres y profesores reconocen mejor los síntomas, pero durante el año 2020 el acceso a consultar fue menor por temor al contagio y por una disminución en la oferta de atenciones.
Así, este año 2021 ya son más niños y adolescentes con síntomas mayores, por lo que la necesidad de consultar se ha vuelto imperiosa, explica el doctor Correa.
Asimismo, el especialista recuerda que la oferta de consultas ha aumentado, tanto con opción presencial como online, pero tanto psiquiatras como psicólogos anuales no han sido suficientes para poder atender a todos los que lo han requerido, tanto a nivel del sistema público como privado.
Mientras menor sea la edad, mayor importancia tiene la modificación de los factores ambientales y relacionales involucrados en la génesis del trastorno. De esta forma, los siguientes elementos son esenciales para apoyar a los niños:
Si realmente existe una depresión, en la mayoría de los casos, los niños requieren psicoterapia. Se realiza psicoeducación emocional a los padres y al menor para reforzar positivamente sus capacidades de manera que crea en sí mismo y se reencante con los aspectos que generan satisfacción, desde sus propios intereses y habilidades. Cuando se trata de depresiones moderadas y severas, especialmente en mayores de 12 años, es necesario el uso adicional de antidepresivos.
Si la depresión no se trata a tiempo tiende a perpetuarse, con todo lo que ello implica:
El primer riesgo es no tratar la depresión apropiadamente de forma integral y que esta persista por no realizar una adecuada psicoeducación y una psicoterapia individual. Además, puede haber efectos colaterales de los medicamentos como problemas cardiológicos o gastrointestinales, alergias, desinhibición y aumento del riesgo suicida si no se da en el contexto de una terapia.