“La vida se nos dio vuelta. Estuvimos en el lado de la recepción y después, gracias a mi hermana pudimos donar vida a 4 personas más”, manifiesta Jaime Poblete.
Actualmente giran muchos mitos en torno a la donación de órganos y tejidos. Sin embargo, la realidad es que ser donante es un acto heroico que puede ayudar a salvar muchas vidas. Así lo confirma la historia familiar de Jaime, cuya madre fue beneficiada con un trasplante de hígado, mientras que su hermana pudo dar vida, tras manifestar su voluntad de donar.
En el año 1998, Cristina Cuevas, mamá de Jaime comenzó a tener ciertos síntomas que apuntaban a serios problemas de salud, por lo que acudieron a Clínica Alemana para realizar un chequeo médico. “Finalmente supimos que su hígado estaba empezando a funcionar mal y en el 2001 ella entró a lista de espera para ser receptora de este órgano”, recuerda su hijo.
“El ser donante es algo super generoso, es una decisión muy personal, pero creo que lo correcto es serlo”, dice. Y es que, gracias a esto su madre se pudo recibir un hígado en agosto del 2001.
Así, muy agradecida, Cristina comenzó a participar en eventos de donación y trasplantes para contar su experiencia. “Hacer un trasplante no es cualquier cosa, es un poco duro, pero yo estaba feliz porque el trasplante da vida. Eso es lo que da. No es que nos jubilemos porque nos trasplantamos y no vamos a poder trabajar, ni nada de eso, da vida”, se escucha en el registro de una de sus charlas en el año 2009.
Meses después de la cirugía, Jaime tuvo un desafortunado accidente que lo dejó parapléjico y, de acuerdo con lo que él mismo relata, “si no hubiese sido por ese trasplante, no hubiese tenido a mi mamá al lado apoyándome todos sus últimos años de vida al lado mío. Si no hubiese sido por el trasplante no sé cómo podría haber salido adelante”.
Según recuerda Monserrat Rius, enfermera coordinadora de la Unidad de Trasplantes de Clínica Alemana, ella evolucionó muy bien de la intervención, pero después de aproximadamente 10 años del trasplante falleció producto de un cáncer de colon.
“Desgraciadamente, en Chile tenemos una baja tasa de donación todavía. En la vida comunitaria en general, es poco lo que se transmite sobre: ¿qué personas pueden donar?, ¿cuándo se necesita un donante? Y hoy día, en cualquier momento podemos estar en cualquiera de los dos lados, podemos estar en el lado que podemos entregar vida y también podemos estar nosotros necesitando un trasplante mañana”, expresa el doctor Roberto Humeres, cirujano de trasplante de Clínica Alemana.
Tal fue el caso de esta familia que, luego de ser receptores a través de la madre, tuvieron oportunidad de devolver la mano.
“Carla, mi hermana, falleció en octubre del año pasado. Para nosotros fue un golpe muy duro, porque tenía 42 años, estaba casada, tenía un hijo de 5 años. Tuvo un aneurisma que se reventó y de un día para otro se nos fue”, recuerda Jaime con tristeza.
“Y así, la vida se nos dio vuelta. Estuvimos en el lado de la recepción y después, gracias a mi hermana pudimos donar vida a 4 personas más”, agrega.