Este 28 de abril se conmemora el Día Internacional de la Concientización Respecto al Ruido, fecha instaurada por el Center of Hearing and Communication (CHC) de New York y apoyada por múltiples instituciones, con el objetivo de alertar sobre las negativas consecuencias de la contaminación acústica en la salud de las personas, específicamente en la capacidad de oír o escuchar.
Es frecuente que una persona que ya tiene establecido este daño, llamado trauma acústico, se queje de un ruido molesto en sus oídos (tinnitus) incluso antes de notar que oye menos.
La doctora Carola Der, otorrinolaringóloga de Clínica Alemana, explica que la exposición excesiva a sonidos intensos por un periodo de tiempo prolongado puede causar una pérdida de audición. Asimismo, clasifica en cinco los principales factores de riesgo:
Muchos de los que padecen de una pérdida auditiva no se percatan de la disminución del sentido de su audición y por lo que general consultan por molestias asociadas. “Lo más probable es que al inicio el paciente no sea capaz de darse cuenta del daño auditivo, por lo que sólo se podrá diagnosticar mediante una audiometría, examen que mide la audición. Es frecuente que el paciente que ya tiene establecido este daño, llamado trauma acústico, se queje de un ruido molesto en sus oídos (tinnitus) incluso antes de notar que oye menos”, indica la otorrinolaringóloga.
Mil cien millones de jóvenes entre 12 y 35 años están en riesgo de padecer pérdida de audición por su exposición al ruido en contextos recreativos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Casi el 50% de ellos está sometido a niveles de ruido perjudiciales por el uso de dispositivos de audio personales como reproductores de MP3 y teléfonos inteligentes, mientras que alrededor del 40% lo está por su presencia en clubes, discotecas y bares.
“Las nuevas generaciones han comenzado a utilizar audífonos desde muy chiquititos y esto se esta viendo en generaciones que hoy son, por ejemplo, universitarios. Hay pérdida auditiva, leve, que no produce una discapacidad todavía, pero que sí está asociada a al uso de estos dispositivos, es irreversible y acumulativa”, dice.
En este contexto, la experta es enfática en reconocer que sí se puede perder la audición producto del mal uso de audífonos a un volumen demasiado alto. “El problema de esto es que es acumulativo a lo largo de la vida e irreversible, no hay una terapia más allá de las ayudas técnicas que serían las audioprótesis”, agrega la experta.
“Las audioprótesis son una gran herramienta cuando son necesarias, pero lo importante es prevenir para no requerirlas”, continúa.
Además de reducir el tiempo de uso de los audífonos a menos de una hora diaria, se recomienda mantenerlos a bajo volumen. “Una de las reglas para cumplir con esa meta es que cuando se está escuchando música con auriculares, el resto de las personas no debe oírlo, y si lo hacen es que la intensidad está más alta de lo necesario”, sostiene la especialista.
El tipo de audífono es uno de los factores a tomar en cuenta a la hora de controlar la exposición al ruido o sonidos con fines recreativos. “El mejor auricular es el que aísle más los oídos del ruido externo, es decir, los que cubren completamente la oreja. Si se requiere alguno con mayor sofisticación, existen audífonos con la función ‘cancelación de ruido’ que permiten reducir los sonidos externos. Estos últimos tienen un precio más elevado, pero pueden ser una buena inversión para los fanáticos de la música”, asegura.
La doctora Der identifica momentos clave en la vida en los que se debe consultar con un especialista para prevenir o identificar un daño auditivo.