La pubertad culmina cuando la mujer logra su capacidad de reproducción y talla final. En la especie humana, sucede mucho antes de que el individuo logre su madurez y se independice. Este desfase puede ser fuente de desajustes si no es bien canalizado, explica la doctora Huneeus.
Las jóvenes suelen descubrir su periodo casualmente al encontrar manchas en su ropa interior, y en ocasiones también hay dolor abdominal en la zona suprapúbica.
Ante esto, la especialista sostiene que “lo importante es explicarle a la adolescente qué es la menstruación, para que no se sienta desconcertada cuando aparezca por primera vez y para prevenir, posteriormente, un embarazo no deseado”.
De esta forma, la recomendación para papás y mamás es hablar con sus hijas sobre este proceso y, si no es posible, pueden conversar del tema con hermanas mayores o amigas que hayan pasado por esta experiencia previamente.
“Es muy importante que los padres las apoyen en el proceso de la pubertad haciéndoles un refuerzo positivo respecto de los cambios. Explicándoles el ámbito biológico paralelamente al uso del desodorante, higiene personal, ropa interior y forma de vestir entre otras cosas”, recomienda la especialista.
Las niñas que han sido bien preparadas para su primera regla tienen una disposición mucho más positiva y una autoestima alta al momento de enfrentar este proceso.
Además, la ginecóloga de Clínica Alemana agrega que cuando llegue este momento se puede entregar un detalle significativo como chocolates o un ramo de flores. De esta forma ella recordará que el hito fue hermoso.
'>La menarquia es la llegada de la primera menstruación y es un hito importante en la vida de cualquier niña que comienza a transformarse en mujer. Este momento marca el fin de la pubertad en la mujer y es señal de que su organismo ya está sexualmente maduro y es capaz de reproducirse.
Este cambio, generalmente ocurre entre los nueve y los 14 años y es un proceso gatillado por la producción de hormonas responsables de cambios físicos y psicológicos, tales como:
La doctora Andrea Huneeus, ginecóloga infanto-juvenil de Clínica Alemana, explica que durante los primeros años de vida ginecológica, los ciclos menstruales pueden ser irregulares. Esto ocurre porque el aparato reproductor está en marcha blanca, es decir, probando cada uno de sus componentes y muchos flujos rojos no están precedidos por la formación de óvulos. A medida que el sistema se organiza y coordina se van produciendo progresivamente más ciclos ovulatorios y la menstruación se regula a lo largo del segundo o del tercer año post menarquia.
La menstruación es parte del ciclo reproductor femenino que empieza a ocurrir cuando se termina la pubertad y la mujer ha adquirido la madurez sexual. La sangre procede del interior del útero y fluye al exterior a través de la vagina.
Una mujer sexualmente madura menstrúa, porque el endometrio, que es la capa interna del útero, se desprende cuando no se ha producido un embarazo. Durante cada ciclo, se desarrolla en el ovario un ovocito o huevo que secreta hormonas, primero estrógeno y luego progesterona. Éstas hacen que el tamaño del endometrio aumente y se prepare para recibir un embrión.
Si no hay embarazo, el ovocito o huevo no fecundado se desintegra, lo que hace que disminuya el nivel de estrógeno y progesterona. Esta baja hormonal es la señal para que el útero desprenda su capa interna, endometrio o 'nidito', produciéndose la menstruación, proceso que dura entre 3 y 7 días, y se presenta cíclicamente aproximadamente cada 28 días.
La pubertad culmina cuando la mujer logra su capacidad de reproducción y talla final. En la especie humana, sucede mucho antes de que el individuo logre su madurez y se independice. Este desfase puede ser fuente de desajustes si no es bien canalizado, explica la doctora Huneeus.
Las jóvenes suelen descubrir su periodo casualmente al encontrar manchas en su ropa interior, y en ocasiones también hay dolor abdominal en la zona suprapúbica.
Ante esto, la especialista sostiene que “lo importante es explicarle a la adolescente qué es la menstruación, para que no se sienta desconcertada cuando aparezca por primera vez y para prevenir, posteriormente, un embarazo no deseado”.
De esta forma, la recomendación para papás y mamás es hablar con sus hijas sobre este proceso y, si no es posible, pueden conversar del tema con hermanas mayores o amigas que hayan pasado por esta experiencia previamente.
“Es muy importante que los padres las apoyen en el proceso de la pubertad haciéndoles un refuerzo positivo respecto de los cambios. Explicándoles el ámbito biológico paralelamente al uso del desodorante, higiene personal, ropa interior y forma de vestir entre otras cosas”, recomienda la especialista.
Las niñas que han sido bien preparadas para su primera regla tienen una disposición mucho más positiva y una autoestima alta al momento de enfrentar este proceso.
Además, la ginecóloga de Clínica Alemana agrega que cuando llegue este momento se puede entregar un detalle significativo como chocolates o un ramo de flores. De esta forma ella recordará que el hito fue hermoso.