Para comenzar a describir la ansiedad, siempre debemos partir por detallar lo que no es, explica el doctor Rolando Castillo, psiquiatra de Clínica Alemana. En este contexto, podemos decir que la ansiedad no es:
“Estas eventualmente podrían ser manifestaciones indirectas de la ansiedad, pero no es el término propiamente tal”, explica.
La ansiedad y el miedo forman parte de las emociones básicas universales, comenta el especialista. En este contexto, entre ellas podemos reconocer:
Pero, ¿cómo podemos distinguir la ansiedad del miedo? El doctor Castillo asegura que muchas veces estas emociones pueden confundirse. Por esto, aclara que la ansiedad tiene el rol de anticipar un estresor – real o imaginario – futuro, en el que predominan los síntomas psíquicos. Mientras que el miedo es un temor hacia una amenaza identificable e inminente en la que predominan los síntomas físicos.
El especialista sostiene que los síntomas de la ansiedad se expresan corporalmente en la cabeza, el cuello, pecho y la región abdominal como una sensación de tensión, falta de aire y eventualmente dolor.
“La ansiedad es una emoción normal, viene desde milenios en el ser humano y que nos ha servido para poder sobrevivir, hay miedos y ansiedades normativas que van variando en las diferentes etapas de la vida”, explica el psiquiatra.
Sin embargo, también existe un tipo de ansiedad denominada patológica. Y, para ponderar si se trata de una condición normal o patológica, el especialista debe entender el contexto y la intensidad.
“La ansiedad es necesaria, de hecho, hay un momento en que alcanzamos nuestro peak de ansiedad que nos permite avanzar, pero cuando supera este límite, comienzan las sensaciones de cansancio, fatiga, pánico y estrés a un nivel que no rendimos”, agrega el experto.
Entonces, un trastorno de ansiedad implica tener una ansiedad patológica.
Una vez que la ansiedad es diagnosticada como patológica por un especialista, se emprenden dos líneas de tratamientos: farmacológico y no farmacológico.
Existe una serie de medicamentos que pueden ayudar a tratar un trastorno de ansiedad. Sin embargo, estos deben ser recetados por el médico tratante de cada paciente.
Por otro lado, en la línea del tratamiento no farmacológico, el doctor Castillo reconoce: