Los trastornos del lenguaje o el habla, la respiración bucal, los problemas de deglución y las patologías que afectan la voz son los principales síntomas por los que se necesita de la ayuda de un fonoaudiólogo.
Estos problemas se presentan comúnmente en la cotidianidad, y se pueden distinguir a través de:
La fonoaudióloga Alejandra Godoy asegura que, a veces los padres tienden a minimizar el trastorno. Lo hacen, principalmente, porque si sus hijos tienen un trastorno, los van a estigmatizar y no piensan que es más fácil empezar un tratamiento antes que después.
Es vital consultar a un especialista si hay un cambio en la actitud de los niños.
Es importante recordar que cada niño tiene un proceso de desarrollo y aprendizaje propio. En general, el desarrollo del lenguaje en niños abarca desde que nace hasta los 5 años de edad.
Un fonoaudiólogo infantil es el especialista encargado de la prevención, diagnóstico y tratamiento en niños que presentan problemas en el lenguaje, el habla, voz, audición y deglución.
Nuestra especialista señala que es fundamental, más allá de la edad del pequeño, visitar apenas se tengan dudas al pediatra, otorrinolaringólogo o neurólogo. Ellos son los encargados de realizar la evaluación pertinente y de derivar al fonoaudiólogo infantil.
“Es mejor hacer una sobre evaluación antes de que se atrase. El que diga papá, mamá o agua no quiere decir que ya habla. Incluso muchas veces niños sordos tienen un balbuceo o salivación similar a los demás. También pasa que desde muy chicos dicen esas palabras básicas, pero después no avanzan, se quedan estancados y pueden olvidarlas. Los niños cada día deben ir incorporando y utilizando palabras nuevas”.
El tratamiento que realiza un fonoaudiólogo consiste en una secuencia realizada para cada letra para facilitar la producción de esta. Mediante ejercicios facilitadores, de articulación (pronunciación) para repetir palabras y hacer oraciones.
Alejandra explica que “la duración del tratamiento depende de cada niño, pero tratamos de hacer la menor cantidad de sesiones posible. Primero, se le nivela de acuerdo con su edad y, según eso, se determina el número de sesiones”. Además, durante dicho tratamiento una vez a la semana se entrega un cuaderno con ejercicios que deben realizar todos los días para aprovechar lo aprendido. Por eso es indispensable la participación y compromiso de los padres.