La histeroscopía permite diagnosticar la causa de un sangrado anormal, infertilidad, abortos espontáneos repetidos, extraer fibromas, pólipos y más.
La histeroscopía es una técnica quirúrgica diagnóstica y terapéutica que permite la visualización directa del canal endocervical, la cavidad uterina y los orificios tubáricos mediante una cámara introducida a través del cuello uterino.
En el procedimiento se usa un tubo delgado que se introduce por la vagina, llamado histeroscopio, el cual tiene una cámara capaz de enviar imágenes del útero a una pantalla de video. “La indicación más frecuente para realizar una histeroscopía son los pólipos endometriales, seguido de miomas uterinos, sinequias y tabiques uterinos ”, explica el doctor Joaquín Errázuriz, ginecólogo de Medicina reproductiva de Clínica Alemana.
La histeroscopia se suele usar en los siguientes casos:
La histeroscopía puede ser ambulatoria o quirúrgica. El doctor Joaquín Errázuriz explica lo siguiente:
Con respecto a las complicaciones asociadas a la histeroscopía quirúrgica, en general son poco frecuentes y se describen desde 1 al 10 %, según el tipo de patología que se intenta resolver. “Pueden ser leves, como desgarros cervicales, perforaciones uterinas, sangrado e infección, o más graves, como perforación uterina o trastornos hidroelectroliticos que se generan por los medios de distensión”, declara el especialista. En general, la paciente puede reanudar la mayoría de sus actividades normales dentro de los primeros días.