La inocuidad alimentaria es clave para resguardar la buena salud y la adecuada nutrición de las personas.
La inocuidad alimentaria “es la garantía de que un alimento no causará daño al consumidor cuando el mismo sea preparado o ingerido de acuerdo con el uso a que se destine”, define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En relación a ello, la OMS estima que:
“La inocuidad en los alimentos es muy importante para una buena salud. Deben estar libres de peligros, tanto biológicos (bacterias, virus, parásitos) como químicos (plaguicidas, metales pesados, toxinas naturales y otros), que puedan dañar la salud de las personas”, afirma Patricia Rodríguez, nutricionista de Clínica Alemana.
En cuanto a nutrición, dice la profesional, “también es fundamental la manipulación de los alimentos para no contaminarlos y para mantener su aporte nutricional y sus características organolépticas”.
Hoy, en el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, es necesario destacar que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de cuidar que los alimentos que ingerimos sean seguros para la salud de las personas, los animales y el medio ambiente.
No es solo tarea de los consumidores finales, ya que se debe proteger la inocuidad de los alimentos durante toda la cadena, desde el cultivo de un vegetal hasta su consumo en un restorán, por ejemplo.
Así es como los productores, los operadores de empresas, los distribuidores y los gobiernos tienen acciones que cumplir en torno a esto para lograr la seguridad alimentaria de la población.
La inocuidad es importante porque una adecuada preparación de los alimentos puede prevenir gran parte de las enfermedades de transmisión alimentaria.
Patricia Rodríguez, nutricionista de Clínica Alemana, considera que, por ejemplo, “las personas deben preocuparse de comprar alimentos en lugares debidamente autorizados, y de conservar y manipular de forma adecuada”.
Pensando en qué pueden hacer las personas para lograr este objetivo, la OMS creó las 5 claves para la inocuidad de los alimentos:
1. Mantén la limpieza | |||
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Lávate las manos antes de preparar alimentos y durante su preparación. | Lávate las manos después de ir al baño. | Lava y desinfecta todas las superficies y equipos que uses en la preparación. | Protege los alimentos y las áreas de cocina de insectos, plagas y otros animales. |
2. Separa alimentos crudos y cocinados | ||
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Separa carnes rojas, carne de ave y pescado crudo de los demás alimentos. | Usa equipos y utensilios diferentes para manipular alimentos crudos. | Conserva los alimentos en recipientes para evitar el contacto entre los crudos y los cocinados. |
3. Cocina completamente | ||
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Cocina completamente los alimentos, especialmente las carnes rojas, la carne de ave, los huevos y el pescado. | Hierve los alimentos como sopas y guisos hasta alcanzar los 70° C. | Recalienta completamente los alimentos cocinados. |
4. Mantén los alimentos a temperaturas seguras | ||||
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No dejes alimentos cocinados a temperatura ambiente por más de 2 horas. | Refrigera lo antes posible los alimentos cocinados y los perecederos (preferiblemente por debajo de los 5° C). | Mantén la comida muy caliente (a más de 60° C) antes de servir. | No guardes alimentos durante mucho tiempo, aunque sea en el refrigerador. | No descongeles los alimentos a temperatura ambiente. |
5. Usa agua y materias primas seguras | ||||
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Usa agua segura o trátala para que lo sea. | Selecciona alimentos sanos y frescos. | Elije alimentos procesados para su inocuidad, como la leche pasteurizada. | Lava la fruta, la verdura y las hortalizas, especialmente si se van a comer crudas. | No utilices alimentos caducados. |
Fuente: Organización Panamericana de la Salud.