Nada mejor que una tarde de piscina para soportar el calor, aun si estás embarazada. Y es que, a pesar de que existen una serie de mitos al respecto, lo cierto es que no hay contraindicaciones para que una embarazada pueda disfrutar de un baño en la piscina o en el mar.
“Lo principal, en el caso de las piscinas, es que cumplan con todas las normas sanitarias. Bajo esta premisa, no hay riesgos de ningún tipo. Tampoco los hay en el mar —cuidándose siempre del oleaje— ni en los ríos”, explica el doctor Eduardo Sepúlveda, ginecólogo y obstetra de Clínica Alemana. Por el contrario, pasar tiempo en el agua puede influir positivamente en el estado físico y emocional de las embarazadas.
De acuerdo al especialista, existen diversos beneficios para las embarazadas que se relacionan con el uso de piscinas, sobre todo, la confortabilidad de las pacientes. Además:
“Todas estas indicaciones son para pacientes cuyo proceso de gestación está siendo normal. Si hay sangrado, dolor o pérdida de flujo la paciente debe consultar a su equipo médico, y si se le indica reposo no puede estar ni en piscinas ni en el mar”. Otra medida a tener en cuenta es que, a partir de las semanas 25 o 28, cambia el centro de gravedad y el riesgo de sufrir caídas o resbalarse es mayor, por lo que debe caminar con cuidado y usar calzado adecuado.
Una de las principales dudas que surge estando embarazadas es el posible riesgo de infecciones urinarias o vaginales al estar en una piscina o en el mar. Sin embargo, el doctor Eduardo Sepúlveda aclara que este es uno más de los mitos existentes: “No hay ningún problema en que una mujer embarazada se bañe en una piscina o en el mar, no existen contraindicaciones ni riesgos específicos de infecciones”. La recomendación es general: evitar las horas de más calor y, una vez fuera del agua, cambiar el traje de baño húmedo por uno seco.
El especialista desmitifica, además, otros mitos en relación al agua y las embarazadas:
En relación a este último punto, el ginecólogo dice: “Durante el primer trimestre del embarazo siempre habrá riesgo de un aborto espontáneo, pero la piscina o el mar en sí mismos no tienen posibilidad de provocarlo. Lo mismo en el caso de un parto prematuro. Hay artículos que, incluso, potencian la actividad física y aeróbica regular en el agua, ya que mejora el pronóstico del embarazo en general”.
Si estás embarazada y quieres hacer ejercicio en el agua, sigue estas recomendaciones:
Las aguas termales y los hot tubs, donde las temperaturas son más altas y el ambiente es poco ventilado, son desaconsejables durante el embarazo: “La recomendación es evitar la hipertermia
o alza de temperatura corporal. Por eso es recomendable evitar la permanencia prolongada en espacios de este tipo”, explica el doctor Sepúlveda. No ocurre lo mismo en una piscina temperada estándar, en la
cual
no habría ningún inconveniente para que las embarazadas puedan disfrutar en invierno y verano.