El glaucoma afecta al nervio óptico y es necesario hacerse chequeos oftalmológicos desde los 40 años para prevenir.
El glaucoma es una enfermedad que ataca al nervio óptico –estructura encargada de enviar las imágenes que vemos al cerebro– y que genera una pérdida silenciosa y gradual de la visión. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta enfermedad es responsable del 2 % de los casos de discapacidad visual y, en algunos casos, puede causar ceguera irreversible.
El doctor Pablo Romero, oftalmólogo de Clínica Alemana, explica que el glaucoma no produce síntomas en etapas iniciales ni tampoco cuando afecta a un solo ojo. Solo en fases avanzadas la persona percibe problemas de la agudeza o del campo visual.
“La única forma de detectarlo es controlándose con el especialista desde los 40 años y, si hay antecedentes familiares, desde los 30, incluso si no hay síntomas”, dice el doctor Pablo Romero. Así, el especialista podrá evaluar si existen factores de riesgo como presión intraocular elevada o características patológicas del nervio óptico .
Existen varias clases de glaucoma, entre las que el oftalmólogo de Clínica Alemana reconoce:
Es el tipo más frecuente y su causa es desconocida. Sin embargo, sí se sabe de factores que aumentan el riesgo de desarrollarlo, como:
Está asociado a factores de riesgo como:
El tercer tipo de glaucoma es denominado así porque se presenta como consecuencia de otros fenómenos, entre ellos:
El diagnóstico se realiza mediante un control clínico oftalmológico que incluye la toma de la presión intraocular y el examen del fondo de ojo, además de otros estudios que muestran el campo visual y la anatomía del nervio óptico.
“En los últimos años, se han desarrollado varios equipos que permiten realizar una detección precoz del glaucoma (OCT o HRT). Además, existen softwares para seguir la evolución del campo visual, lo que facilita la toma de decisiones al momento de tratar a un paciente con esta enfermedad. Ambos tipos de tecnologías están disponibles en Clínica Alemana”, afirma el oftalmólogo.
Con respecto al tratamiento, explica que a la gran mayoría de los pacientes se les indica medicamentos en forma de gotas para el control de la presión intraocular. Además, en aquellos casos que no responden a los fármacos, se puede evaluar la posibilidad de realizar cirugías como la trabeculectomía y el implante de válvulas intraoculares.
“Además, en los últimos años, se han integrado nuevas terapias destinadas al manejo del glaucoma moderado, como la aplicación de láser y, más recientemente, el implante de MIGS, por sus siglas en inglés (micro invasive glaucoma surgery)”, concluye el especialista.