El destete es un momento importante en la vida de la madre y el bebé, ya que marca el final de la lactancia. Puede realizarse de diferentes formas y ritmos, como es el caso del:
Destete dirigido por el lactante, donde el niño decide no continuar con la lactancia.
Destete dirigido por la madre, que es cuando la madre es quien desea finalizar con la lactancia.
Destete forzoso, que se realiza por obligación, ante alguna situación de emergencia, ya sea, por alguna enfermedad, separación prolongada, u otros.
Destete farmacológico.
Destete por duelo.
Entre otros.
Como podemos notar, cada experiencia es única. Sin embargo, la recomendación es siempre optar por un destete "respetuoso", reduciendo gradualmente las alimentaciones al pecho, espaciando las tomas.
Para ayudarte en este proceso, te damos algunos consejos para hacerlo de manera tranquila:
Dejar de ofrecer, pero no negar: no niegues el pecho a tu bebé, prueba dejando de ofrecerlo activamente.
Distraer y jugar: antes de amamantar, realiza juegos u otras actividades para cambiar la rutina.
Solicitar ayuda: pide a tus familiares o acompañante que ofrezcan leche o alimentación alternativa a tu hijo o hija.
Manejo de la congestión: si sientes congestión en tus mamas, extrae solo lo necesario para aliviarla.
Compresas frías: pueden servir para desinflamar y aliviar las molestias ocasionadas por la congestión mamaria.
Evita sustancias provocativas: no utilices cremas ni alimentos ácidos o amargos en la mama para inducir el rechazo de tu bebé.
Inicio gradual: comienza este proceso siempre de manera paulatina, reemplazando una alimentación a la vez y permitiendo la transición con paciencia.
Registro del proceso: anota las alimentaciones que se logran reemplazar por tomas al pecho, para así mantener un orden en el proceso.
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