Algunas enfermedades cardiacas puede hacer que el corazón palpite o se contraiga con una frecuencia menor a la normal generando síntomas en el paciente. Para algunos de estos casos se utilizan los marcapasos.
Un marcapasos es un dispositivo médico que se utiliza para estimular y regular el ritmo cardíaco. Se implanta en el cuerpo y emite señales eléctricas que estimulan al corazón a latir de manera regular y constante.
Los marcapasos se emplean principalmente para tratar alteraciones del ritmo del corazón como las bradicardias, frecuencia cardíaca demasiado lenta que genera síntomas, o algunos bloqueos del ritmo cardiaco. Hay otras condiciones que también pueden requerir el implante de un marcapasos como ciertas arritmias malignas y la insuficiencia cardiaca.
Todo marcapasos se compone de:
Con el paso de los años, los marcapasos se han hecho cada vez más pequeños e “inteligentes” con funciones y acciones cada vez más avanzadas que permiten al cardiólogo especialista personalizar la actividad del dispositivo a las necesidades de cada paciente.
Los marcapasos, dependiendo del modelo pesan alrededor de 20 gramos. La duración de la pila es de entre 6 y 12 años, dependiendo del uso (cantidad de estímulos que genere) y de la complejidad de sus funciones. Cuando en los controles se detecta disminución de la carga de la batería debe reemplazarse solamente el dispositivo, manteniendo los electrodos.
Para poder entender mejor lo que hace un marcapasos es importante conocer cómo funciona la actividad eléctrica en el corazón:
El corazón tiene células especiales que generan la actividad eléctrica para que funcione de forma rítmica dependiendo de las necesidades de nuestro organismo. Por ejemplo durante el ejercicio estas células pueden llegar a generar más 150 estímulos por minuto mientras que durante el sueño, la generación de impulsos eléctricos de estas puede bajar incluso alrededor de 50 o menos latidos por minuto.
Es esta actividad eléctrica originada en estas células especiales la que se distribuye a través del corazón y la que produce la contracción del músculo. Sin esta actividad no existe contracción del corazón y por lo tanto no se bombea sangre.
Cuando la generación de impulsos eléctricos es muy baja o lenta, bradicardia, o en otras situaciones en las que la energía no viaja correctamente a lo largo del corazón, bloqueos cardiacos intermitentes o permanentes, se pueden generar síntomas muy molestos como mareos, fatiga o desmayos.
Cuando esto sucede, un marcapasos es capaz de generar de forma artificial estos estímulos eléctricos, manteniendo un ritmo cardíaco más rápido y constante.
Es importante recalcar que los marcapasos no tienen la función de corregir ritmos rápidos del corazón, solo corrigen ritmos lentos del mismo.
La mayor la mayoría de las veces los marcapasos se colocan con el paciente despierto usando anestesia local.
La intervención consiste en implantar el dispositivo (generador) través de una pequeña incisión en el lado izquierdo del tórax, por debajo de la clavícula. Una vez colocado el generador bajo la piel se conecta al o a los cables que ya han sido puestos dentro del corazón a través del sistema venoso. Después se sutura la herida quedando todo debajo de la piel. Posterior al implante del marcapasos se requiere un periodo de hospitalización de 24 horas.
En este sentido, el Dr. Luis Morales, médico cardiólogo explica que “si bien es cierto que la intervención es muy segura, siempre se debe tener en cuenta la posibilidad de complicaciones o problemas relacionados con el implante del marcapasos. Nuestra experiencia indica que menos del 1% de los pacientes requiere de alguna intervención adicional por complicaciones del implante del marcapasos. Esto ocurre generalmente dentro de las primeras horas que siguen a la cirugía, y es por esto que se requiere este periodo de observación de aproximadamente 24 horas en la clínica”.
El primer control médico posterior al implante se realiza a la semana, cuando se revisa la herida operatoria y se chequea el funcionamiento del dispositivo. La evaluación siguiente es dentro de 1 a 2 meses, para programar las funciones definitivas del marcapaso. Luego se requieren controles cada 6 o 12 meses.
En los últimos años, se han producido muchos avances en esta materia. Actualmente, existen 3 tipos.
Es el médico especialista el que define qué tipo de dispositivo requiere cada paciente y qué tipo de “programación” realiza en el marcapasos.
Todas las evaluaciones y programaciones que se realizan después del implante del dispositivo son en forma no invasiva, es decir, no se requiere de nuevas intervenciones.
Esto se realiza por telemetría (bluetooth), con programadores específicos para cada tipo de marcapasos que se encuentran disponibles en nuestra clínica. A través de una especie de paleta que se pone sobre el marcapasos, el programador se comunica con el dispositivo, se obtiene la información del funcionamiento del sistema y se modifican los parámetros según la necesidad de cada paciente.
Hay recomendaciones específicas que se deben cumplir durante el primer mes después del implante del marcapasos, ya que es un periodo en el que tanto los cables (electrodos) como el generador están más propensos a desplazarse o moverse.
Según el Dr. Morales, la mayoría de las personas con marcapasos puede hacer una vida prácticamente normal. Sus limitaciones dependen fundamentalmente de la edad y de las patologías asociadas, no del dispositivo.
No obstante, hay actividades que el paciente debe evitar. “Deportes de contacto como el rugby, básquetbol o fútbol, no son aconsejables en estos pacientes. Tampoco algunas disciplinas de la gimnasia, en las cuales puede haber tracción brusca o excesiva del sitio donde está implantado el marcapasos”, sostiene.
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