En Chile, el consumo de sal duplica la recomendación diaria, con un promedio de 9,4 gramos en comparación con los 5 gramos recomendados. Esta preocupante cifra plantea interrogantes sobre las posibles consecuencias para nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
El aumento de la presión arterial es una de las principales repercusiones conocidas. Justamente, los datos de la Encuesta Nacional de Salud revelan una prevalencia de hipertensión bastante significativa, lo que se podría en parte vincular con el consumo excesivo de sal de nuestra población, aunque esto no depende de un solo factor.
Es importante destacar que tanto el consumo insuficiente como el excesivo de sal pueden ser perjudiciales para la salud. Existe un nivel intermedio óptimo de consumo, el cual resulta difícil de alcanzar en general. Esto se debe a que:
Incluso si tomamos precauciones al cocinar y evitamos añadir sal en la preparación y en la mesa, solo lograríamos en forma poblacional a reducir el consumo en un 30%, situándonos todavía por encima del nivel recomendado. Individualmente podemos lograr mejores reducciones en el consumo en la consulta con un nutricionista.
¿Quiénes se ven beneficiados por la reducción en el consumo de sal?
En estos casos es positivo reducir su consumo, aunque es fundamental que consulten a su médico para conocer los límites recomendados en cada caso.
Además, se han observado asociaciones entre el consumo de sal y ciertas patologías autoinmunes, aunque esto aún se encuentra en proceso de investigación. También se ha descubierto que el tejido subcutáneo puede servir como un depósito de sal, como un “banco de sal”, lo que podría explicar ciertas quejas reportadas por los pacientes.
Es importante que tengas en cuenta que reemplazar el cloruro de sodio por otro tipo de sal no es una solución tan sencilla. En el caso de la sal de potasio, es fundamental que consultes con tu médico tratante para evaluar si existe un riesgo personal de aumento del potasio plasmático que podría hacerla peligrosa. Cada persona es única y requiere una evaluación médica adecuada para determinar las mejores opciones para su salud.
Al tomar estas medidas, estarás dando pasos significativos hacia una reducción del consumo excesivo de sal y mejorando tu calidad de vida. Sin embargo, este cambio requiere esfuerzo, compromiso y una conciencia constante sobre nuestros hábitos alimentarios.
¡Recuerda! Puedes consultar con nuestros profesionales para ayudarte a enfrentar este desafío y obtener una alimentación saludable y equilibrada.
Esta información es meramente informativa y no sustituye la opinión de un profesional de salud. Ante cualquier síntoma o molestia, te recomendamos consultar con tu médico. Además, ten en cuenta que, debido a la naturaleza cambiante de los temas tratados en este artículo, algunos conceptos pueden sufrir modificaciones desde la fecha original de la publicación.