Este fin de semana pasaremos al horario de invierno, retrasando los relojes una hora en la medianoche del sábado 6 de abril, es decir, cuando sean las 23:59 deberás cambiar tu reloj a las 22:59.
Para explicarte qué es el reloj biológico, cómo nos afecta este cambio, y entregarte consejos para enfrentarlo de mejor forma, conversamos con el neurólogo Leonardo Serra, del Centro de Trastornos del Sueño.
El hipotálamo, ubicado en la zona central del cerebro, dirige los procesos fisiológicos y comportamientos del organismo en un horario determinado. Por ejemplo, regula los latidos del corazón, la presión arterial, la respiración, la actividad reproductiva y coordina para que nos de hambre cuando estamos despiertos y no nos den ganas de orinar varias veces durante la noche.
“Es el reloj maestro del cuerpo humano, ya que coordina las funciones entre los órganos y sistemas. A la vez, cada órgano y cada célula tienen su propio reloj biológico y es por ello que estamos acostumbrados a comer a cierta hora, a tener sueño en ciertos horarios, etc. Esto también aplica cuando viajamos a otro país con diferente huso horario, ya que nos cuesta acostumbrarnos, porque se nos descoordinan los relojes”, explica el especialista del Centro de Trastornos del Sueño.
Aunque la mayoría de las personas se adaptan sin dificultades en 2 o 3 días, hay grupos que se ven más afectados.
Los niños afrontan los cambios de forma más natural y como duermen más horas, el nuevo horario los afecta menos, especialmente en este caso que se duerme una hora adicional. Quienes tienen más dificultades son las personas con malos hábitos de sueño, con problemas de sueño crónico (insomnio, entre otros) y en particular las personas mayores, ya que tienden a dormir y despertar temprano, y con este cambio las antiguas 21:00 ahora son las 20:00, por lo que “les da sueño” más temprano aún.
Para retomar tu rutina diaria de descanso, te recomendamos:
Si no tienes problemas con el ajuste de hora, aprovecha la hora adicional descansando.
Realiza actividad física al aire libre, especialmente después de almuerzo. La exposición te ayudará a sincronizar tu reloj biológico. Evita la luz brillante temprano en la mañana los días siguientes al cambio.
Mantén el ambiente iluminado hasta un par de horas antes de acostarte.
Reduce la exposición frente a pantallas, ya que pueden alterar la producción de la hormona melatonina, encargada de iniciar y mantener el proceso del sueño.
Prepárate para sentir hambre y sueño más temprano de lo habitual. Trata de esperar hasta que sea la nueva hora de almuerzo, cena y de acostarse, para no desordenar tus horarios.
Si lo necesitas, ajusta tu horario de sueño acostándote y levantándote un poco más tarde el día del cambio de hora. Si crees que podrías tener dificultades, cambia gradualmente tu horario de sueño los días previos, acostándote y levantándote 15 minutos más tarde cada día.