El primer baño de tu bebé es un momento especial, pero entendemos que puede ser un tanto abrumador. Por eso, te compartimos algunos consejos prácticos para asegurarte de que este momento sea seguro y tranquilo, tanto para ti como para tu pequeño o pequeña.
Antes de comenzar, comprueba que la habitación esté a una temperatura agradable, alrededor de 24°C. También revisa si tienes todo lo necesario a mano como paños suaves, toallas y jabón neutro.
El agua debe estar entre 35°C y 37°C, es decir, tibia, pero no demasiado caliente. Una forma sencilla de verificar la temperatura es sumergir tu codo o antebrazo en el agua antes de introducir a tu bebé.
Durante el baño, evita usar demasiado jabón. Si lo haces prefiere uno neutro con un pH entre 5.5 y 7 para no irritar la delicada piel de tu bebé. ¡Ah! Y no olvides retirar tus joyas para evitar arañazos accidentales.
Los primeros días, un baño 2 o 3 veces por semana es suficiente. Puedes realizarlo en cualquier momento del día, según lo que mejor se adapte a la rutina de tu familia. Algunos padres optan por incluirlo en la rutina de sueño nocturno, realizando un masaje suave después del baño para relajar al bebé y prepararlo para dormir.
Finalmente, aprovecha este tiempo para conectarte con tu bebé y disfrutar cada momento. El baño no solo es un momento de limpieza, sino también una oportunidad para crear lazos afectivos.
Como puedes notar, el primer baño de tu bebé es un momento para compartir amor y cuidados. Siguiendo estos simples pasos, podrás asegurarte de que el baño sea cómodo y placentero para tu bebé, creando preciosos recuerdos desde el primer día en casa. Con práctica, el baño se convertirá en una experiencia relajante y especial para ambos.