Conocida como la peste de la cachetada, el eritema infeccioso es una infección viral que comparte muchas similitudes con el sarampión, la rubéola y otras infecciones virales.
Producida por el parvovirus B19, esta enfermedad tiene un síntoma inconfundible: un enrojecimiento brillante en las mejillas, como si el niño hubiera recibido una cachetada.
Tras un período de incubación de aproximadamente 16 días, comienzan a aparecer los primeros signos, tales como:
Síntomas leves de resfriado como tos, secreción nasal e inflamación de ganglios.
Pero el detalle más llamativo es el enrojecimiento en la piel, que aparece en el 70% de los casos y afecta principalmente a los niños.
Aunque son los más afectados, adolescentes y adultos también pueden contraer esta peste. En ellos, los síntomas tienden a ser más intensos, presentando casos de infección más aguda.
El enrojecimiento característico puede durar más de una semana, con pequeñas reactivaciones cuando la piel se expone al sol. Además de las mejillas rojas, el eritema puede extenderse al tronco y a las extremidades, aunque no afecta las palmas de las manos ni las plantas de los pies.
Afortunadamente, la peste de la cachetada suele ser una enfermedad leve que desaparece por sí sola. Sin embargo, el malestar y la duración de los síntomas pueden variar según la edad y la sensibilidad de la persona.
¡No te alarmes! Si notas enrojecimiento en las mejillas de tu hijo o hija, acompañado de fiebre y síntomas de resfriado, te recomendamos consultar con uno de nuestros pediatras para descartar cualquier complicación. Puedes hacerlo de forma presencial o por Telemedicina.