La migraña no es simplemente un dolor de cabeza común. Se trata de un tipo de cefalea o de dolor cabeza primario que se reconoce como una enfermedad en sí misma. Por eso, conocer sus características distintivas es crucial para un manejo adecuado.
Dolor unilateral o generalizado, aunque típicamente se manifiesta en un lado de la cabeza, puede extenderse a toda ella.
Sensación pulsátil o de latido, exacerbando la incomodidad.
Puede acompañarse de náuseas o vómitos.
Es frecuente que se manifieste con hipersensibilidad sensorial, por ejemplo a la luz, el ruido u olores, los que pueden empeorar el malestar durante una migraña.
Es inhabilitante, ya que interfiere con las actividades diarias, como leer, estudiar o trabajar.
Puede acompañarse de síntomas neurológicos transitorios, entre los más comunes están las alteraciones visuales, como ver luces, puntos o dificultad para ver. Entre las sensitivas, se manifiestan algunas como hormigueo o adormecimiento en la mitad de la cara o de una mano.
Es muy importante no automedicarse. Por eso, saber cuándo buscar asistencia médica es crucial para obtener un tratamiento adecuado. Algunas señales de advertencia son:
Aumento de la frecuencia de los episodios de migraña.
No responde a tu tratamiento habitual para los ataques o crisis.
Si estás en un tratamiento preventivo, pero no se reducen la frecuencia de los episodios o presentas efectos adversos que te hacen no tolerar este tratamiento.
Aumento de la duración de los episodios de migraña o que se vuelvan más invalidantes.
Tu calidad de vida se ve afectada.
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