La primera relación amorosa es quizás un momento en la vida que nunca se olvida. Generalmente sucede en la etapa adolescente, enfrentándose no solo a los cambios propios de la edad, sino que también a sentimientos nuevos, comenzando a diferenciar la amistad del amor.
Generalmente, se vive de un modo intenso, por lo que los padres tenemos un rol importante de acompañar, dejándolos vivir el proceso y que sean ellos los protagonistas, estando los adultos disponibles para aconsejar.
Otro punto que debes considerar es que los adolescentes o jóvenes cuentan con el modelo de relación que han aprendido de sus padres u otras personas mayores significativas en sus vidas. El ejemplo que han visto de cómo nos relacionamos con los demás, constituye un patrón importante para ellos.
Tenemos un rol importante en esta etapa, el de guiar a nuestros hijos a tomar decisiones que los ayuden a desarrollar habilidades emocionales y sociales. Por ello, en este artículo, te entregamos consejos para afrontar esta etapa.
Es más que un sentimiento, ya que está relacionado también con la salud física y emocional. A nivel cerebral, cuando nos sentimos atraídos por otra persona, liberamos hormonas como la dopamina, la oxitocina y la serotonina que nos refuerzan la sensación de felicidad y bienestar, lo que va fortaleciendo la atracción y el amor hacia la otra persona. Por eso, al sentirnos enamorados podemos experimentar sensaciones agradables y vivenciamos un estado de mayor plenitud.
Las primeras experiencias de amor también son relevantes en el aporte al desarrollo del autoconcepto, ya que al estar en una relación podemos desplegar maneras de ser, actitudes, pensamientos y valores sobre nosotros mismos que no conocíamos. El sentirse querido resulta algo fundamental para los adolescentes, por lo que estas experiencias son vivencias que dejan muchos aprendizajes.
Debemos acompañar de un modo sensible a nuestros hijos, lo que implica que sean ellos quienes vivan este proceso a su ritmo, pero podemos ir generando diálogos. En los cuales expresen lo que van sintiendo y pensando, para ayudarlos a generar nuevas habilidades en lo relacional, explicándoles que es importante establecer relaciones basadas en el respeto y compañerismo, lo que va mucho más allá de la atracción inicial.
También es importante considerar que un factor protector y que se pone en juego en las relaciones amorosas, es la autoestima. En la medida que un adolescente llega a esta etapa con una percepción positiva de sí mismo, donde reconozca sus cualidades y valores, así como aquellos aspectos a trabajar o mejorar, podrá vincularse amorosamente con un otro, reconociendo si esa relación es saludable o lo hace sentir incómodo. De acuerdo con lo anterior, una autoestima saludable es fundamental para establecer relaciones sanas y recíprocas, permitiendo:
Ser capaces de establecer límites.
Comunicar de manera efectiva.
Evitar la dependencia emocional.
Con lo anterior, podrán diferenciar actitudes positivas y negativas, además de reconocer y alejarse de relaciones dañinas. También puede ayudar en caso de que la relación amorosa se quiebre y así abordarlo de un modo saludable, validando las emociones que esto puede generar. Por ello, cultivar el amor propio y la autoestima permite tomar decisiones más conscientes y establecer relaciones basadas en el respeto mutuo y el bienestar emocional.
Debemos guiarlos en su desarrollo emocional, sobre todo, en esta etapa llena de cambios y nuevas emociones, para lo cual, te compartimos algunas recomendaciones:
Fomentar una comunicación abierta y sin juicios, para que se sientan cómodos compartiendo sus experiencias y preocupaciones.
Enseñar la importancia del respeto y los límites en una relación, ayudándolos a identificar cuándo una relación es sana y cuándo no lo es.
Explicar cómo identificar señales de alerta en relaciones dañinas, como el control excesivo, los celos desmedidos o la manipulación emocional.
Promover la independencia emocional y el bienestar personal, recordándoles que su felicidad no debe depender de otra persona.
Si tienes dudas de este tema, siempre es recomendable realizar una consulta de acompañamiento psicológico, puedes reservar una hora de psicología en telemedicina y así conversar en profundidad, y si es necesario entregar herramientas que le ayuden a tu hijo o hija a gestionar sus emociones de manera saludable.