Cuando la presión del oído medio es diferente de la presión ambiental, el paciente siente sus oídos tapados. Esta sensación la tendrá independiente de si la presión del oído es mayor (presión positiva) o menor (presión negativa) que la presión externa, lo importante es que el oído medio no ha equiparado su presión con la ambiental.
En general, son las que producen algún grado de congestión nasal, pues la trompa de Eustaquio tiende a bloquearse en el extremo que desemboca en la fosa nasal. Lo más frecuente es que esto ocurra en relación a un resfrío común por la importante congestión y edema de la mucosa nasal provocado por la infección viral. Asimismo, puede pasar en el transcurso de una sinusitis o una alergia.
Otra causa mucho menos habitual es el bloqueo de la trompa de Eustaquio por el crecimiento de algún tipo de tumor en la zona vecina a la trompa.
Ojalá no viajar con un resfrío por los problemas descritos anteriormente. Sin embargo, si inevitablemente se deberá viajar resfriado, se aconseja el uso de medicamentos descongestionantes nasales -ya sea orales o en spray- para tratar de disminuir el edema de la mucosa y así intentar mejorar en algo la función de la trompa.
Es importante saber que, incluso con el uso de estos medicamentos durante el resfrío, muchas veces el problema no puede evitarse, con los consiguientes malestares de los oídos. El asunto será peor si el viaje incluye varias escalas porque la mayor molestia (incluso dolor) ocurre durante los descensos del avión, momentos en que el oído medio tiene una presión cada vez más negativa.
Además, durante el descenso del avión, es de utilidad echarse a la boca un dulce o un chicle, lo que estimula la producción de saliva, obligándonos a tragar.
Mientras mayor la diferencia de presiones, más importantes son las molestias. Cuando duele es porque la presión negativa es muy significativa y, en ocasiones, pueden llegar a producirse pequeñas hemorragias en el oído medio o en el tímpano.
Los niños tienen una trompa de Eustaquio con una longitud y dirección diferente a la del adulto, hechos que pueden hacerla menos eficiente en su función. Además, algunos tienen un importante crecimiento de sus adenoides, factor que también puede contribuir al bloqueo de la trompa al encontrarse en zonas vecinas.
Normalmente, cada vez que deglutimos se abre la trompa de Eustaquio y las presiones dentro y fuera del oído medio se equiparan y así, se destapan los oídos. Esto es lo que sucede en la situación normal, cuando no hay ningún problema de congestión nasal. Si esto no resulta, entonces se puede realizar lo que conocemos como Maniobra de Valsalva, que consiste en taparse la nariz -manteniendo la boca cerrada- y soplar con cierta fuerza para intentar 'inflar' los oídos y así vencer la presión negativa del oído.
Sentirse la cabeza algo abombada. También puede haber algún grado de sordera transitoria que desaparece al destaparse los oídos. En algunas ocasiones, ante la persistencia de la presión negativa, el oído medio puede llenarse de líquido, pudiendo aumentar esta sordera transitoria y prolongarse por un tiempo.
Son de utilidad los mismos descongestionantes orales o en spray recomendados para destapar la nariz ante un resfrío.
Uno de los más frecuentes es la existencia de un tapón de cerumen. En este caso, la solución es más fácil y consiste en su extracción. Sin embargo, cuando alguien dice tener 'el oído tapado' y no encontramos un tapón de cerumen, no podemos asegurar con solo mirar el oído si se trata solamente de una mala función de la trompa o en realidad el paciente ha sufrido una disminución brusca de su audición por una lesión del oído interno.
Este es un cuadro conocido como hipoacusia súbita, y es de gran importancia diagnosticarlo en forma precoz, ya que el pronóstico es mejor mientras antes se inicie el tratamiento. En algunos casos, se perderá en forma definitiva toda o parte de la audición por no comenzar el tratamiento en forma oportuna.
'>La causa de este molesto problema está en que la presión del oído medio es diferente, ya sea mayor o menor, a la del ambiente.
El oído es un órgano que se divide en tres partes: externo, medio e interno. El oído medio, además de contener a los huesecillos (martillo, yunque y estribo), es una cavidad ocupada por aire, y está separada completamente del oído externo por el tímpano.
Esta cavidad está comunicada con la parte de atrás de la nariz a través de un tubo llamado trompa de Eustaquio, que cumple una importante función compensando las variaciones de presión que ocurren dentro del oído medio ante los cambios de altura, como pasa al bucear, subir un cerro o volar en avión, entre otros.
Cada vez que deglutimos se abre la trompa de Eustaquio y las presiones dentro y fuera del oído medio se equiparan y así, se destapan los oídos.
Sin embargo, a veces las trompas se bloquean y los oídos se 'tapan'. El doctor, otorrinolaringólogo de Clínica Alemana, explica las razones de esta obstrucción.
Cuando la presión del oído medio es diferente de la presión ambiental, el paciente siente sus oídos tapados. Esta sensación la tendrá independiente de si la presión del oído es mayor (presión positiva) o menor (presión negativa) que la presión externa, lo importante es que el oído medio no ha equiparado su presión con la ambiental.
En general, son las que producen algún grado de congestión nasal, pues la trompa de Eustaquio tiende a bloquearse en el extremo que desemboca en la fosa nasal. Lo más frecuente es que esto ocurra en relación a un resfrío común por la importante congestión y edema de la mucosa nasal provocado por la infección viral. Asimismo, puede pasar en el transcurso de una sinusitis o una alergia.
Otra causa mucho menos habitual es el bloqueo de la trompa de Eustaquio por el crecimiento de algún tipo de tumor en la zona vecina a la trompa.
Ojalá no viajar con un resfrío por los problemas descritos anteriormente. Sin embargo, si inevitablemente se deberá viajar resfriado, se aconseja el uso de medicamentos descongestionantes nasales -ya sea orales o en spray- para tratar de disminuir el edema de la mucosa y así intentar mejorar en algo la función de la trompa.
Es importante saber que, incluso con el uso de estos medicamentos durante el resfrío, muchas veces el problema no puede evitarse, con los consiguientes malestares de los oídos. El asunto será peor si el viaje incluye varias escalas porque la mayor molestia (incluso dolor) ocurre durante los descensos del avión, momentos en que el oído medio tiene una presión cada vez más negativa.
Además, durante el descenso del avión, es de utilidad echarse a la boca un dulce o un chicle, lo que estimula la producción de saliva, obligándonos a tragar.
Mientras mayor la diferencia de presiones, más importantes son las molestias. Cuando duele es porque la presión negativa es muy significativa y, en ocasiones, pueden llegar a producirse pequeñas hemorragias en el oído medio o en el tímpano.
Los niños tienen una trompa de Eustaquio con una longitud y dirección diferente a la del adulto, hechos que pueden hacerla menos eficiente en su función. Además, algunos tienen un importante crecimiento de sus adenoides, factor que también puede contribuir al bloqueo de la trompa al encontrarse en zonas vecinas.
Normalmente, cada vez que deglutimos se abre la trompa de Eustaquio y las presiones dentro y fuera del oído medio se equiparan y así, se destapan los oídos. Esto es lo que sucede en la situación normal, cuando no hay ningún problema de congestión nasal. Si esto no resulta, entonces se puede realizar lo que conocemos como Maniobra de Valsalva, que consiste en taparse la nariz -manteniendo la boca cerrada- y soplar con cierta fuerza para intentar 'inflar' los oídos y así vencer la presión negativa del oído.
Sentirse la cabeza algo abombada. También puede haber algún grado de sordera transitoria que desaparece al destaparse los oídos. En algunas ocasiones, ante la persistencia de la presión negativa, el oído medio puede llenarse de líquido, pudiendo aumentar esta sordera transitoria y prolongarse por un tiempo.
Son de utilidad los mismos descongestionantes orales o en spray recomendados para destapar la nariz ante un resfrío.
Uno de los más frecuentes es la existencia de un tapón de cerumen. En este caso, la solución es más fácil y consiste en su extracción. Sin embargo, cuando alguien dice tener 'el oído tapado' y no encontramos un tapón de cerumen, no podemos asegurar con solo mirar el oído si se trata solamente de una mala función de la trompa o en realidad el paciente ha sufrido una disminución brusca de su audición por una lesión del oído interno.
Este es un cuadro conocido como hipoacusia súbita, y es de gran importancia diagnosticarlo en forma precoz, ya que el pronóstico es mejor mientras antes se inicie el tratamiento. En algunos casos, se perderá en forma definitiva toda o parte de la audición por no comenzar el tratamiento en forma oportuna.