También está el síndrome ulceroso, herida dentro del estómago o el duodeno que produce los mismos síntomas, pero en la parte alta del estómago. Esta afección se presenta de forma recurrente, por lo que suele interferir con la actividad diaria. Cuando la persona está en ayunas siente ardor o dolor, pero al ingerir alimentos más alcalinos, que neutralizan el ácido, se alivia por unas horas.
Por último, en la dispepsia no ulcerosa el paciente siente acidez estomacal, distensión abdominal y dolor en la boca del estómago, síntoma que persiste aunque la persona coma. El estudio endoscópico en estas personas es normal, por lo que se atribuye a una mayor secreción de ácido, malos hábitos alimentarios, ansiedad y tensión.
'En general, más de 40% de la población americana sufre de dispepsia o acidez estomacal una vez al mes, 14% una vez a la semana, y 7% tiene estas molestias todos los días. Sin embargo, la mayoría no consulta', sostiene el gastroenterólogo.
Para realizar el diagnóstico, el especialista entrevista al paciente y luego solicita una serie de exámenes para descartar una posible herida o lesión dentro del tubo digestivo.
Las primeras medidas que se deben tomar para tratar el reflujo gastroesofágico son dejar el cigarro, eliminar la cafeína -produce aumento de secreción de ácido-; evitar los alimentos cítricos, el alcohol y los condimentos y grasas en exceso -ya que favorecen el reflujo porque relajan el esfínter gastroesofágico-, además es recomendable bajar de peso.
Si la persona no tiene mejoría se le administra un medicamento bloqueador de la secreción de ácidos. El tratamiento es crónico, salvo que exista un componente que se pueda revertir, asegura el doctor Zapata.
En casos extremos, cuando el reflujo es muy severo y resistente a los tratamientos anteriores, se recurre a una cirugía, con la cual entre el 80 y 90% de los pacientes se recupera satisfactoriamente.
En personas con úlcera gastroesofágica, el tratamiento consiste en mantener una dieta y tomar medicamentos bloqueadores de la acidez y antibióticos por un tiempo determinado para destruir la bacteria helicobacter pilori causante de úlcera-.
En el caso de la dispepsia no ulcerosa el paciente debe evitar el estrés y tener una alimentación saludable. Eventualmente, se utilizan medicamentos sedantes y otros que actúan sobre movimiento gastrointestinal.
'>Las condiciones de la vida actual han sido propicias para que la acidez estomacal aumente de manera acelerada. La comida chatarra, con altas cantidades de grasa y condimentos; el exceso de café, el cigarrillo y el estrés, son los principales factores que alteran la digestión y producen dispepsia, más conocida como acidez.
El doctor Rodrigo Zapata, gastroenterólogo de Clínica Alemana, explica que esta patología provoca molestias como ardor, regurgitación, hinchazón y dolor en la boca del estómago.
Existen tres tipos de dispepsia. Uno de ellos es el reflujo gastroesofágico, que consiste en una sensación de acidez, reflujo y ardor ascendente hasta la boca.
El especialista explica que las personas que sufren estos síntomas en forma frecuente, especialmente los adultos mayores, 'deben ser evaluados y someterse a una endoscopía para detectar enfermedades por reflujo grave o eventualmente esófago de Barret, ya que este malestar irrelevante puede ser incluso manifestación de una condición precancerosa'.
También está el síndrome ulceroso, herida dentro del estómago o el duodeno que produce los mismos síntomas, pero en la parte alta del estómago. Esta afección se presenta de forma recurrente, por lo que suele interferir con la actividad diaria. Cuando la persona está en ayunas siente ardor o dolor, pero al ingerir alimentos más alcalinos, que neutralizan el ácido, se alivia por unas horas.
Por último, en la dispepsia no ulcerosa el paciente siente acidez estomacal, distensión abdominal y dolor en la boca del estómago, síntoma que persiste aunque la persona coma. El estudio endoscópico en estas personas es normal, por lo que se atribuye a una mayor secreción de ácido, malos hábitos alimentarios, ansiedad y tensión.
'En general, más de 40% de la población americana sufre de dispepsia o acidez estomacal una vez al mes, 14% una vez a la semana, y 7% tiene estas molestias todos los días. Sin embargo, la mayoría no consulta', sostiene el gastroenterólogo.
Para realizar el diagnóstico, el especialista entrevista al paciente y luego solicita una serie de exámenes para descartar una posible herida o lesión dentro del tubo digestivo.
Las primeras medidas que se deben tomar para tratar el reflujo gastroesofágico son dejar el cigarro, eliminar la cafeína -produce aumento de secreción de ácido-; evitar los alimentos cítricos, el alcohol y los condimentos y grasas en exceso -ya que favorecen el reflujo porque relajan el esfínter gastroesofágico-, además es recomendable bajar de peso.
Si la persona no tiene mejoría se le administra un medicamento bloqueador de la secreción de ácidos. El tratamiento es crónico, salvo que exista un componente que se pueda revertir, asegura el doctor Zapata.
En casos extremos, cuando el reflujo es muy severo y resistente a los tratamientos anteriores, se recurre a una cirugía, con la cual entre el 80 y 90% de los pacientes se recupera satisfactoriamente.
En personas con úlcera gastroesofágica, el tratamiento consiste en mantener una dieta y tomar medicamentos bloqueadores de la acidez y antibióticos por un tiempo determinado para destruir la bacteria helicobacter pilori causante de úlcera-.
En el caso de la dispepsia no ulcerosa el paciente debe evitar el estrés y tener una alimentación saludable. Eventualmente, se utilizan medicamentos sedantes y otros que actúan sobre movimiento gastrointestinal.