En el primer lugar de las recomendaciones del especialista está eliminar los traguitos y la razón no son solo sus abundantes calorías, sino la forma en que el alcohol se metaboliza. Explica que, si en un asado, por ejemplo, consumimos, un choripán, carne, ensalada, cerveza y vino, el cuerpo usará de manera prioritaria la energía que aporta el alcohol y todo lo demás se irá al almacenaje, es decir, las calorías aportada por los alimentos se convertirán principalmente en grasa.
Otro punto clave es no iniciar una dietas con una ingesta de calorías muy baja, ya que el cuerpo consumirá en mayor medida la masa muscular y no necesariamente la grasa corporal. Esto es poco saludable y estético, ya que son los músculos los que consumen las calorías, por lo que si los perdemos (masa muscular) nuestro gasto, al realizar ejercicio, será bajo. Por lo tanto advierte: olvídense de la dieta de puro “pollo con ensalada y atún con tomate”.
Sin embargo, no hay que confundirse, es imposible bajar de peso sin consumir menos de lo que gastamos, es decir, generar un déficit calórico,pero sin exagerar. Asegura que la dieta cetógena, paleo o con pocos carbohidratos no son mágicas, sino que funcionan todas por esta razón, es decir, las personas al seguir esas reglas tienden a bajar las calorías ingeridas. Sí recomienda aumentar el consumo de proteínas, ojalá en todas las comidas y no eliminar los carbohidratos, sino ajustarlos a las necesidades energéticas de cada persona, ya que especialmente a la hora de hacer ejercicio son necesarios.
Otro dato importante es que mientras más sana sea una persona desde el punto de vista metabolismo tendrá mayor facilidad para consumir grasa como fuente de energía cuando descansa, especialmente, al dormir de noche. Esta condición se dará con mayor facilidad mientras más ejercicio se realiza. Por lo tanto, mientras dormimos logramos la anhelada meta de eliminar grasa, por lo que nunca saltarse las horas de descanso.
Pero, ¿cómo medir cuánta grasa tiene nuestro cuerpo?
Suele ser interesante saber cuántos kilos de grasa llevamos encima y medir el progreso de los planes de dieta y entrenamiento a través de este parámetro. Los resultados pueden ser impactantes y el examen tradicional para medirlo muy incómodo, ya que implica aplicar esa suerte de pinza en las distintas zonas del cuerpo, entre ellas las más problemáticas.
Para evitar ese trance existen los bioimpedanciómetro, que en 30 segundos y sin desvestirse nos informa nuestro porcentaje de grasa.