Según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen más de 2.200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o distante. Más de 1.000 millones de estos casos podrían haberse evitado. Entre ellos, unos 7,7 millones corresponden al glaucoma, una enfermedad que se produce de forma progresiva, lo que la hace especialmente peligrosa, ya que la mayoría de los afectados no saben que la tienen.
Se trata de una enfermedad del nervio óptico en la que el principal factor de riesgo es la presión intraocular elevada que va deteriorando progresivamente las fibras nerviosas. Si no se trata produce ceguera irreversible, siendo la primera causa de ceguera irreversible en el mundo.
Puede desarrollarse lentamente durante varios años. Se dice que es silenciosa porque no produce síntomas. Incluso en etapas iniciales no afecta la agudeza visual y hasta quienes lo padecen creen que ven bien.
“Es importante considerar que una buena visión no es solo la calidad de las imágenes captadas por el ojo, también es el campo visual que este es capaz de abarcar. Entonces, una persona con glaucoma que ha perdido gran parte del campo visual periférico, puede tener buena visión para lejos, pero de todas formas esto podría considerarse ceguera” explica el Dr. Pablo Romero, oftalmólogo de nuestra clínica.
Es decir, la ceguera en el glaucoma se produce por la pérdida progresiva del campo visual. El campo visual es la cantidad de información que vemos con cada ojo.
Todas las personas pueden llegar a sufrir de glaucoma. Sin embargo, los factores de riesgo son:
El tipo de glaucoma más frecuente es el primario de ángulo abierto. En este caso, el principal grupo de riesgo está integrado por personas con antecedentes familiares, presión intraocular elevada, miopía y mayores de 60 años.
En cuanto al glaucoma primario de ángulo estrecho, afecta principalmente a quienes sufren hipermetropía. Otros tipos de glaucoma menos frecuientes se relacionan con antecedentes de trauma ocular grave en un ojo, uso de corticoides tópicos (gotas) o sistémicos (orales), Diabetes Miellitus, entre otras.
No obstante, es posible que en algunos casos de esta afección se presente en personas sin ningún factor de riesgo conocido.
La mejor forma de saber si tienes esta enfermedad es asistir a la consulta con un oftalmólogo quien te controlara la presión intraocular, que es el principal factor de riesgo para padecer glaucoma, así como la evaluación del nervio óptico y el campo visual.
“Cerca de un tercio de los pacientes suelen consultar muy tarde, incluso cuando ya han perdido la visión de un ojo. Por eso es importante que toda persona mayor de 40 se realice un control oftalmológico cada 1 o 2 años. Si existen antecedentes familiares o alguno de los factores de riesgo mencionados, este debe efectuarse desde los 30 años” destaca el Dr. Romero.
Para reducir el riesgo de glaucoma, nuestro especialista recomienda mantener un estilo de vida saludable, que incluya:
Contamos con el mejor grupo de especialistas en glaucoma y con equipos de última tecnología al servicio de nuestros pacientes.