Durante las vacaciones, nuestros hijos están expuestos a estímulos que cambian significativamente su rutina de sueño. Esto puede provocar dificultades a la hora de regresar a clases y retomar los horarios normales.
Es importante que puedas prestar atención a estas alteraciones relacionadas con el sueño para ayudarlos a adoptar hábitos saludables antes de iniciar un nuevo ciclo escolar.
Existen muchos signos que indican que están pasando por problemas del sueño, algunas de ellas son:
Dificultad para conciliar el sueño.
Despertarse frecuentemente durante la noche.
Somnolencia excesiva durante el día.
Pesadillas recurrentes o terrores nocturnos.
Resistencia a dormir o falta de sueño.
Estos síntomas pueden estar provocados por distintas razones, entre ellas:
Horarios irregulares, como acostarse y levantarse más tarde de lo habitual.
Muchas actividades estimulantes.
Cambios en el entorno, como un viaje.
Dieta desbalanceada y consumo de alimentos ricos en azúcar.
Si estos signos persisten durante el tiempo, es fundamental acudir a un médico pediatra para realizar una evaluación y descartar patologías como la apnea del sueño en niños u otros problemas de salud.
El tiempo de sueño en la infancia es distinto para cada etapa. La recomendación de horas al día es:
Recién nacidos, de 0 a 3 meses: 14 a 17 horas.
Lactantes, de 4 a 11 meses: 12 a 15 horas.
Niños pequeños, de 1 a 2 años: 11 a 14 horas.
Preescolares, de 3 a 5 años: 10 a 13 horas.
Escolares, de 6 a 13 años: 9 a11 horas.
Adolescentes, de 14-17 años: 8 a 10 horas.
Para garantizar que el sueño sea de buena calidad, la cantidad de horas se deben dormir sin interrupciones y en horarios consistentes.
Una buena higiene de sueño trae múltiples beneficios en el estilo de vida y bienestar, por ejemplo:
Mejor desarrollo cognitivo: durante el sueño, el cerebro procesa información y consolida el aprendizaje, lo que mejora la memoria y el rendimiento escolar.
Fortalecimiento del sistema inmunitario: un sueño reparador contribuye a que el cuerpo esté mejor preparado para combatir enfermedades.
Regulación emocional: dormir lo suficiente ayuda a los niños a manejar mejor el estrés y las emociones, favoreciendo su salud mental.
Desarrollo físico: durante el sueño profundo, el cuerpo produce la hormona del crecimiento, esencial para esta etapa de crecimiento.
Mayor energía y concentración: un descanso adecuado se traduce en mayor capacidad de atención y energía para afrontar las actividades diarias.
Dependiendo de la etapa escolar de tu hijo, una semana antes del regreso a clases puedes empezar a establecer una rutina que le ayude a descansar bien y dormir lo suficiente.
En esta edad puedes optar por:
Ajustar gradualmente sus horarios: adelanta poco a poco la hora de dormir y despertar, en incrementos de 15 a 30 minutos cada día.
Crear una rutina: realiza actividades relajantes como un baño tibio, lectura de cuentos o escuchar música antes de acostarse.
Evitar la sobreestimulación: reduce las actividades intensas y el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir.
Mantener un entorno tranquilo y cómodo: asegúrate de que la habitación sea oscura, silenciosa y tenga una temperatura agradable.
Durante esta etapa te recomendamos:
Establecer un horario fijo: define una hora consistente para irse a dormir y despertarse, incluso los fines de semana.
Limitar el uso de pantallas: restringe el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir.
Promover la relajación antes de acostarse: fomenta actividades como la lectura, escuchar música para dormir y ejercicios de respiración o meditación.
Controlar las siestas: procura que las siestas no superen los 30 minutos y no sean demasiado cercanas a la hora de dormir.
Fomentar la actividad física: anima a los niños a realizar ejercicio durante el día, esto mejora su calidad de sueño.
¿Tu hijo tiene dificultades para dormir o necesitas apoyo para recuperar su higiene del sueño? Nuestros especialistas en salud pediátrica están aquí para ayudarte a encontrar soluciones y mejorar su descanso. Puedes elegir una atención presencial o por Telemedicina.