Contenido en colaboración con Doctora Florencia Del Río.
La cefalea es un término médico que se refiere a cualquier dolor o molestia que sientas en la cabeza, cuero cabelludo o en el cuello.
Existen diversos tipos, tales como:
Cefaleas tensionales: es un tipo común de dolor de cabeza caracterizado por una sensación de presión o apriete en ambos lados de la cabeza o o en la nuca, como si se estuviera utilizando una banda apretada.
Migrañas: se caracteriza por episodios recurrentes de dolor de cabeza habitualmente pulsátil, generalmente en un solo lado de la cabeza.
Cefaleas en racimos: también conocidas como "jaquecas en racimos", son extremadamente intensas y dolorosas. Se caracteriza por la aparición de ataques repetidos y cíclicos, agrupados en períodos llamados "racimos". Durante un racimo, la persona puede experimentar varios episodios de cefalea en un día, y estos racimos pueden durar semanas o incluso meses. Después de un período de racimo, puede haber un periodo de remisión, durante el cual no se experimentan cefaleas.
Cefaleas secundarias: causadas por otras condiciones médicas como infecciones, problemas de la visión, trastornos neurológicos, problemas vasculares o condiciones cervicales.
Cefaleas por uso excesivo de medicamentos: dolores de cabeza que se desarrollan como resultado del uso excesivo o frecuente de analgésicos o medicamentos para el dolor.
Pueden variar entre las personas, a veces puede deberse a la combinación de diferentes factores, y en otros casos ser específicos para cada individuo.
Las más comunes y sus causas son:
Cefaleas tensionales:
Estrés y tensión muscular en la cabeza o el cuello.
Postura inadecuada.
Fatiga visual.
Migrañas:
Factores genéticos.
Cambios hormonales en mujeres.
Ciertos alimentos o aditivos (como el alcohol o el chocolate).
Cambios en el patrón de sueño.
Cefaleas en racimos:
Trastornos en el ritmo circadiano.
Consumo de alcohol.
Humo de tabaco.
Cambios estacionales.
Cefaleas secundarias:
Infecciones, como sinusitis o meningitis.
Problemas de visión.
Problemas dentales o mandibulares.
Trastornos neurológicos.
Lesiones en la cabeza o el cuello.
Cefaleas por abuso de medicamentos:
Uso excesivo de analgésicos.
Uso prolongado de medicamentos para el dolor.
Si experimentas cefaleas frecuentes o intensas, es fundamental buscar la opinión de uno de nuestros profesionales para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento específico.
Pueden incluir dolor o presión en la cabeza, sensibilidad a la luz, sonidos o incluso náuseas y vómitos, dependiendo del tipo específico de cefalea.
Ten en cuenta que, los síntomas pueden variar en intensidad desde molestias leves hasta dolores intensos y debilitantes.
El diagnóstico de la cefalea implica una evaluación médica que puede incluir preguntas sobre la frecuencia, duración y características del dolor, así como la realización de exámenes para descartar otras posibles causas.
El tratamiento de la cefalea varía según su tipo y gravedad de los síntomas. Puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos, terapias físicas y, en algunos casos, procedimientos médicos específicos.
La prevención de la cefalea a menudo implica identificar y evitar los desencadenantes específicos, como ciertos alimentos, el estrés o la falta de sueño. También se pueden recomendar cambios en el estilo de vida y, en casos específicos, medicamentos preventivos.
Recuerda que es crucial consultar con uno de nuestros especialistas para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado, ya que cada persona y cada tipo de cefalea pueden requerir enfoques diferentes.