Cuidados intensivos pediátricos

La UCIP cuenta con todos los recursos para funcionar al más alto nivel y sus médicos están acreditados para trabajar en el área de cuidados intensivos e intermedio pediátrico. Además, existe un completo equipo debidamente entrenado de enfermeras especialistas, técnicos de enfermería, terapistas ventilatorios, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales y psicólogos.

La unidad dispone de 12 cupos de hospitalización, seis de los cuales son de cuidados intensivos y los otros seis de cuidados intermedios. Todos cuentan con aislamiento propio y, en el caso de los cuidados intermedios, se dispone de infraestructura para que el niño pueda estar acompañado por uno de los padres día y noche.

La UCIP no sólo brinda cuidados médicos de excelencia, sino que también lo realiza de un modo respetuoso y cálido, con el fin de hacer la estadía del niño y su familia lo más grata posible.

Para la recuperación de un niño es indispensable la compañía y la cercanía de sus seres queridos, por lo que Clínica Alemana fomenta que los padres siempre estén presentes junto a sus hijos. Cada uno de los pacientes pediátricos puede estar acompañado las 24 horas del día por sus padres, si es que no se está realizando algún procedimiento o atención especial.

Se dispone de diferentes métodos para evaluar la función cardiaca y respiratoria. Todos los pacientes que ingresan a la UCI pediátrica son monitorizados en forma no invasiva, a través de sensores en la piel que transmiten la información a pantallas que están en cada pieza y en la central de enfermería. Esto permite vigilar los signos vitales de cada paciente en forma continua. En los más graves, este monitoreo se hace en forma invasiva con catéteres que están instalados en arterias y venas.

Cuando el pulmón se altera gravemente o la musculatura respiratoria debe ejercer un trabajo que excede su capacidad, es necesario reemplazar sus funciones, ya sea total o parcialmente. Los métodos más utilizados para este fin son la ventilación mecánica invasiva (VMI) y la ventilación mecánica no invasiva (VMNI).

Actualmente, la ventilación mecánica es estrechamente vigilada y manejada por el pediatra intensivista y el terapista ventilatorio. Ambos profesionales velan por que este tratamiento logre los objetivos de oxigenar y ventilar el paciente sin dañar el pulmón y otros órganos.

Las enfermedades más frecuentes que pueden afectar a este órgano son: traumatismo encéfalo craneano (TEC), accidentes vasculares, convulsiones y tumores cerebrales. Hay ocasiones en que estas patologías pueden aumentar la presión dentro del cráneo y se hace necesario instalar la medición de presión intracraneana continua. Este monitoreo requiere la instalación de un catéter a través de una intervención quirúrgica y luego la medición de los valores se puede hacer en forma continua.

En otras oportunidades, es importante evaluar la actividad eléctrica cerebral, para lo que se utiliza un video electroencefalograma que asocia esta actividad con los movimientos del paciente. Este es un monitoreo no invasivo y puede ser continuo.

De la función renal: la insuficiencia renal en el niño críticamente enfermo se puede producir en forma primaria por una enfermedad del riñón, como también secundariamente a otras enfermedades como, por ejemplo, el shock séptico. Ciertamente, su aparición está relacionada a mayor complejidad de tratamiento e impacta en el pronóstico.

Para manejar la insuficiencia renal se dispone de diversos procedimientos, que en su conjunto se les llama TRRA (terapias de reemplazo renal agudo) que involucran técnicas continuas e intermitentes, entre las que se cuentan diálisis peritoneal, hemodiálisis, hemofiltración y hemodiafiltración.

Dichas técnicas son capaces de suplantar transitoriamente la función renal, mientras esta se recupera. Una vez que se resuelve el factor desencadenante, un número importante de enfermos recupera completamente esta función. No obstante, un pequeño grupo puede llegar a requerir diálisis después del alta hospitalaria.

Para realizar estas técnicas de soporte renal, la UCI pediátrica de Clínica Alemana cuenta con la estrecha colaboración de radiólogos intervencionales, nefrólogos y cirujanos infantiles. Este trabajo en equipo de excelencia es uno de los motivos por los que la unidad es un centro de derivación de esta técnica en grupos de pacientes críticos.

ECMO (oxigenación a través de una membrana extracorpórea): el objetivo de esta terapia es mantener una adecuada oxigenación y circulación al cuerpo, mientras descansan el pulmón y el corazón, esperando a que se recuperen.

Esta técnica se utiliza como un puente entre la enfermedad extremadamente grave y la mejoría de los sistemas respiratorio o circulatorio. Está destinada para su uso agudo a pacientes que tienen más de 80% de riesgo de morir.

Asimismo, esta técnica requiere de equipos de última generación, de un entrenamiento especializado y de trabajo en equipo. No se le administra a cualquier paciente, dado que se asocia a complicaciones graves, como trombosis, hemorragias e infecciones.

La Unidad de Cuidados Pediátricos de Clínica Alemana tiene un programa de ECMO en funcionamiento desde el año 2010. En él participan intensivistas pediátricos, cardiólogos infantiles, cardiocirujanos, enfermeras especialistas en ECMO, perfusionistas, terapistas ventilatorios y un sinnúmero de subespecialistas de apoyo.

Los Niños y Adolescentes con Necesidades Especiales de Atención de Salud (NANEAS), requieren controles de salud seriados y dispositivos especiales como gastrostomías, catéteres y traqueostomías, así como fármacos biológicos, corticoides, inmunosupresores, etc. La UCI pediátrica también atiende a estos pacientes cuando sufren descompensaciones.