Te explicamos cuáles son sus síntomas y cómo identificar estas crisis.
En el mundo de la salud mental hay términos y diagnósticos que pueden parecer intercambiables. Por lo anterior, es importante comprender las diferencias sutiles, pero fundamentales entre 2 condiciones aparentemente similares: la crisis de angustia y la crisis de pánico.
Estas experiencias pueden ser abrumadoras y debilitantes, pero un conocimiento sobre ellas puede ayudar a comprender e identificar lo que está pasando. Sin embargo, debes acudir a un especialista para un correcto diagnóstico y tratamiento.
¿Qué es una crisis de angustia?
También conocida como ataque de ansiedad, es un episodio breve, pero intenso de miedo o malestar, acompañado de una serie de síntomas físicos y cognitivos. A menudo, podrías experimentar una sensación abrumadora de peligro inminente o pérdida de control.
¿Qué es una crisis de pánico?
La crisis de pánico, por otro lado, es un tipo específico de trastorno de ansiedad que se caracteriza por su intensidad extrema y su aparición repentina. Puede ocurrir de forma aislada o repetirse de manera recurrente, llevando a un trastorno de pánico.
Estos episodios alcanzan su punto máximo en cuestión de minutos y pueden durar hasta media hora, con síntomas similares a los de la crisis de angustia, pero a menudo más aterradores.
Diferencias entre la crisis de angustia y la crisis de pánico
Ahora que hemos definido ambas condiciones, vamos a explorar las diferencias claves que distinguen la crisis de angustia de la crisis de pánico:
- Duración e intensidad: la crisis de pánico es más intensa y de corta duración en comparación con la crisis de angustia, que puede persistir durante un período más largo y a menudo se desarrolla gradualmente.
- Desencadenantes: las crisis de pánico suelen ocurrir de manera aparentemente aleatoria y sin un desencadenante específico, sin embargo, con el curso del tiempo se puede llegar a identificar los desencadenantes. Por otra parte, las crisis de angustia pueden estar relacionadas con situaciones o pensamientos estresantes.
- Recurrencia: las crisis de pánico tienden a repetirse y pueden evolucionar en un trastorno de pánico, mientras que las crisis de angustia pueden ser eventos aislados o menos recurrentes.
- Sensación de peligro: en una crisis de pánico, puedes sentir frecuentemente un temor abrumador de morir, volverse loco, perder el control o una sensación de que puede ocurrir de nuevo. Lo anterior ocasiona que se eviten situaciones donde le ha ocurrido este episodio. En una crisis de angustia, esta sensación de peligro puede ser menos extrema.
En ocasiones quienes sufren de ataques de pánico llegan a urgencia pensando que es un paro cardiaco. Te recomendamos evaluar con un especialista la causa de esta crisis.
- Tratamiento y manejo: dado su carácter recurrente y extremadamente angustiante, las crisis de pánico a menudo requieren un tratamiento más intensivo, como la terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, medicamentos. Por su parte, las crisis de angustia pueden manejarse a través de terapia y técnicas de reducción de estrés.
¿Dónde encontrar ayuda?
Si tú o alguien que conoces está lidiando con la sensación de angustia, ansiedad o preocupación excesiva y consideras que está interfiriendo en sus relaciones, trabajo u otras áreas, es fundamental que busque ayuda y apoyo. Te recomendamos nuestro servicio de telemedicina para que puedas acceder a los mejores profesionales desde tu casa. Reserva una hora.