Nuestra columna está formada por 33 huesos llamados vértebras, además de múltiples tendones, músculos y tejidos que van desde la parte baja del cráneo hasta el cóccix. Sus principales funciones son ser el eje y soporte estructural principal de nuestro cuerpo, junto con proteger la médula espinal (tejido nervioso tubular que conecta el cerebro con el resto del cuerpo).
Sus 33 vértebras están divididas en:
La columna puede sufrir lesiones a raíz de factores congénitos (de nacimiento), traumáticos o por enfermedades sistémicas como la escoliosis, las hernias del núcleo pulposo (HNP) o la estenosis raquídea, entre otras.
Las fracturas vertebrales afectan principalmente a la columna cervical y lumbar, dada su mayor movilidad, y sus causas más frecuentes son:
Estas lesiones pueden provocar un desplazamiento de las vértebras o fragmentos de éstas, comprimiendo la médula espinal o los nervios que salen de ésta, afectando, en forma transitoria o permanente, la sensibilidad, los movimientos y las funciones de los órganos por debajo del nivel dañado (lesión neurológica).
El dolor en el sitio de la lesión es el síntoma más frecuente, pero los pacientes con compresión medular o de los nervios de la columna también pueden presentar:
Las fracturas se clasifican según el nivel y tipo de lesión.
El compromiso neurológico se divide en lesiones completas (plejia: pérdida funcional total) e incompletas (paresia: pérdida funcional parcial):
Para evitar fracturas es importante:
En caso de un accidente o golpe en la columna es importante estar atento a la aparición de dolor u otros de los síntomas previamente descritos para consultar oportunamente y así poder ser evaluado y estudiado en forma adecuada.
El objetivo del tratamiento de las fracturas vertebrales es controlar el dolor y lograr la consolidación (cicatrización) de la fractura, junto con prevenir e idealmente recuperar el compromiso neurológico secundario.
El dolor habitualmente es transitorio y su tratamiento puede incluir medicamentos, uso de collar rígido o corset en caso de lesiones cervicales o dorsolumbares respectivamente y hasta cirugía para realinear y estabilizar los niveles afectados, junto con descomprimir la médula espinal o sus nervios, particularmente en los pacientes con compromiso neurológico.
Los pacientes con lesiones neurológicas completas habitualmente presentan daño permanente, mientras que algunos pacientes con lesiones incompletas pueden evolucionar con recuperación neurológica, dependiendo de la severidad de la lesión y del tipo y momento del tratamiento, particularmente la cirugía precoz.
En etapas posteriores del tratamiento los pacientes pueden requerir terapia física, ocupacional y asistencia psicológica, especialmente aquellos con lesiones neurológicas, todo enfocado en ayudarlos a restaurar o adaptar sus funciones y de esta manera contribuir a mejorar su calidad de vida.
En nuestra clínica contamos con un equipo multidisciplinario de especialistas, lo que nos permite tratar en forma integral a los pacientes con fracturas vertebrales, desde la cirugía de urgencia, de ser necesaria, hasta la rehabilitación kinesiológica y ocupacional oportuna.