Trasplante de Médula Ósea
El trasplante de médula ósea es un procedimiento que en los últimos 15 años ha permitido mejorar sustancialmente el pronóstico y la sobrevida de personas afectadas por enfermedades tan agresivas como la leucemia o los linfomas, entre otras.
Se trata de la recolección de células madres (también conocidas como precursores hematopoyéticos) de la sangre, médula ósea, cordón umbilical o placenta, las cuales son transfundidas al paciente para reemplazar a la médula dañada. Las células se pueden obtener del propio paciente o de un donante.
¿Qué es la médula ósea?
Se ubica en el interior de los huesos y está compuesta por un conjunto de células conocidas como tejido hematopoyético, las cuales se encargan de generar todas las células adultas que circulan en la sangre (glóbulos rojos, blancos y plaquetas).
¿En qué consiste?
Se trata de la recolección de células madres -también conocidas como precursores hematopoyéticos- de la sangre, médula ósea, cordón umbilical o placenta, las cuales son transfundidas al paciente a través de una vena, desde donde se dirigen en forma natural hacia la médula ósea. Allí crecen rápidamente para reemplazar a la médula dañada.
Las células se pueden obtener del propio paciente o de un donante. En el primer caso, se habla de trasplante autólogo porque se utilizan las células madres del mismo enfermo, las que son recolectadas y criopreservadas en nitrógeno líquido, donde pueden durar años. Luego del tratamiento condicionante, se descongelan e infunden como una transfusión. El objetivo general es consolidar la respuesta obtenida con quimioterapia y, si es necesario, con radioterapia.
En este caso no hay problemas de rechazo, pero sólo se puede utilizar para tratar algunos casos de linfomas, mielomas, leucemias y otras neoplasias.
Cuando es necesario un donante, como un hermano u otra persona compatible, se llama trasplante alogénico, y se utiliza para tratar ciertas enfermedades malignas, como leucemia u otras neoplasias, o cuando la médula ósea es destruida, como sucede en la aplasia medular.
Para el donante, el proceso es muy simple, ya que basta con dar sangre mediante un sistema de recolección a través de un equipo automatizado.
En tanto, el receptor, antes de la infusión de la médula, debe someterse a un régimen condicionante, a modo de preparación, que consiste en un tratamiento -generalmente quimioterapia con o sin radioterapia- para erradicar la malignidad y lograr inmunosupresión, de manera que su sistema inmunológico no rechace las nuevas células.
En Clínica Alemana, cuando se trata de trasplante autólogo, el paciente debe permanecer internado un mínimo de 20 días. Si es alogénico o un caso inmunosuprimido, puede hospitalizarse por un mayor tiempo.
¿Quiénes pueden trasplantarse?
Para acceder a estos tratamientos es necesario cumplir con ciertos requisitos de edad, condición física general y respuesta terapéutica a los tratamientos previos. Por ejemplo, el trasplante autólogo puede realizarse incluso en personas mayores de 65 años. En cambio, el alogénico clásico sólo se recomienda en menores de 50 años. Sin embargo, bajo indicaciones especiales se puede acceder a un trasplante similar, pero menos agresivo, denominado minitrasplante alogénico.
En Clínica Alemana se realiza trasplante de médula, ya sea autólogo o alogénico, sólo en pacientes mayores de 13 años.
En general, el procedimiento de infusión de las células donadas no toma más de un par de horas. El proceso de recuperación completa del sistema inmunológico del paciente puede tomar entre un año y dos, dependiendo del caso.