Semana 36
Tu bebé tiene el tamaño de una lechuga escarola (mide alrededor de 47 centímetros y pesa aproximadamente 2,6 kilogramos).
Su piel está cada vez más suave y su cabello y uñas están creciendo. Además, su sistema inmunológico está madurando para ayudarlo a combatir las infecciones después del nacimiento.
Tu bebé ahora tiene menos espacio en el útero y es posible que sientas menos movimientos, pero más intensos. A medida que se prepara para el nacimiento, tu bebé puede estar en una posición cabeza abajo para estar listo para el parto. Sin embargo, algunos pueden no cambiar de posición hasta el momento del parto.
¿Qué pasa contigo?
Es posible que tengas síntomas como:
- Molestias en la pelvis y la espalda debido al peso adicional que estás llevando.
- Más dificultades para dormir debido a que te sientes incómoda y la necesidad de ir al baño con más frecuencia.
- Acidez estomacal y ardor de estómago.
- Dificultad para respirar debido a la presión del útero en los pulmones.
- Hinchazón de pies, tobillos y manos.
- Hemorroides debido al aumento de la presión en las venas de la zona rectal.
¿Qué te recomendamos?
- Descansa y toma siestas cortas durante el día si es posible.
- Haz ejercicios de respiración profunda y relajación para ayudarte a dormir mejor y controlar el estrés.
- Usa ropa cómoda y suelta para aliviar la presión en la zona abdominal y de la pelvis.
- Bebe mucha agua y otros líquidos saludables para mantenerte hidratada y prevenir la retención de líquidos.
- Continúa comiendo una dieta saludable y balanceada para asegurarte de que tanto tú como tu bebé estén recibiendo los nutrientes necesarios.
Cuidados médicos
Continúa asistiendo a tus controles prenatales regularmente.
Tu obstetra puede recomendarte una ecografía para verificar la posición y el crecimiento del bebé. Además, es posible que tu médico te recomiende hacer una prueba de estreptococo del grupo B, que es una bacteria que puede ser peligrosa para el bebé durante el parto.
Si aún no lo has hecho, habla con tu médico sobre tus planes de parto y considera tomar clases de preparación para ayudarte a prepararte física y emocionalmente para el parto.
Si experimentas contracciones regulares, sangrado vaginal o una disminución en la actividad del bebé, comunícate con tu médico de inmediato.
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